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La cantante mexicana Yuri logró ser famosa en países latinoamericanos y dentro del público hispano norteamericano. Su fama fue impulsada por su madre, quien desde muy pequeña la
motivó a desarrollar una carrera artística.
Dulce Canseco de Valenzuela, madre de Yuri, desde que supo que estaba embarazada, declaró que ese bebé sería un artista. El ímpetu de Dulce la llevó a participar en concursos de
ballet, cantar y actuar en todos los actos del colegio y hasta a formar su propio grupo musical junto a otros niños. Pero el empuje de su mamá se convirtió en una obsesión, al decidir hasta
abandonar su casa y al resto de sus hijos para llevar a Yuridia el verdadero nombre de Yuri, al estrellato.
Así, salieron de Veracruz rumbo Ciudad de México buscando mejores oportunidades. Dulce se sentaba a diario en las puertas o pasillos de las grandes y reconocidas productoras y
empresas de la industria musical. Como respuesta a su perseverancia, algunas puertas se fueron abriendo y Yuri, aun siendo una niña, logró participar en programas de gran sintonía y
como extra en algunas novelas.
Grabó un primer disco, pero pasó por desapercibido, como si nunca hubiera existido. Más adelante, Yuri fue posicionándose en el mundo artístico y grabó su segunda producción:
«Esperanzas», que fue un éxito en México y en varios países de Latinoamérica.
Dulce controlaba todo, era su mánager, jefe de prensa, mamá y amiga. Pero la obsesión de la fama continuaba y eso obligó a esta madre a presionar a Yuri y literalmente no la dejaba
moverse ni salir de la casa, a menos que fueran cosas relacionadas a la carrera. Mientras en el escenario llegaban los aplausos en presentaciones, como el de Viña del Mar en 1984, Yuri
empezaba a rebelarse contra ese dominio.
A principios de los 90 conoció a Fernando Iriarte, que también era parte del mundo del espectáculo y con quien empezó a tener un romance. Cuando le anunció a su mamá que se casaría
con Iriarte, empezó una batalla que la llevó, incluso, a usar un arma que solía cargar en su cartera. Enfurecida, amenazaba a Iriarte disparando al aire y advirtiéndole que se alejara de su
hija.
Yuri se casó a escondidas con Fernando y éste se convirtió en su mánager y su productor. En esa etapa vinieron discos importantes para su carrera, como: ‘Aire’, ‘Isla del sol’ y ‘Sui
géneris’. Pero al tiempo que su vida musical crecía y Yuri se convertía en una de las figuras más importantes de la balada en español su matrimonio se vino abajo.
El declive de la estrella
A mediados de los 90 y de un momento a otro Yuri se quedó sola: sin su esposo, sin quién manejara su carrera, sin su familia, ya que no hablaba con su mamá y con sus hermanos nunca
tuvo buena relación, pues no olvidaban que, por ella, su mamá los había dejado solos desde niños.
Se sentía libre, «pero confundí libertad con libertinaje», dice. De un hombre o de ninguno, pasó a tener dos, tres, cuatro al tiempo. Comenzó el consumo de alcohol y de pastillas para
dormir. De alguna manera, conseguía que en el escenario nada de esto se notara. Y llegaron discos de oro por Suramérica y España, y primeros puestos en Billboard, y postulaciones
para los premios Grammy.
Sus cuerdas vocales sintieron el abuso y se quedó sin fuerza en la voz. Tuvo que ser operada de pólipos en la garganta y pocos daban algo por que volviera ese tono que la había hecho
famosa. Sin poder grabar, en soledad y adicta al sexo como lo admitió, cayó en una depresión que la aisló y la llevó a pensar en quitarse la vida. «Me paré al borde de una ventana,
pensando en lanzarme. Pero escuché una voz que me dijo que Él daba la vida y Él era quién podía quitarla», confesó.
La salvación en Cristo Jesús
Yuri, en lugar de lanzarse al vacío, se lanzó a la fe, guiada por un tío cristiano. Anunció que se retiraría de los escenarios comerciales para dedicarse a servirle al Señor. Así fue como Yuri,
desde fines de los años 90 hasta el 2002, sólo cantó en iglesias cristianas y se centró a predicar la Palabra de Dios, acompañada de quien hoy es su esposo, Rodrigo Espinoza, músico
chileno a quien había conocido en un Festival de Viña del Mar, y con quien hoy dirige la iglesia Casa de Restauración. «Es más difícil ser pastora que ser artista», afirma Yuri.
Allá, Yuri cuenta que Dios le ha dado el don de liberación, por medio del cual ha ayudado a muchas personas a ser libres de las adicciones. Sobre todo de la que ella conoció de primera
mano: el sexo. «Por la vía sexual se transfieren los demonios», comentó.
En el 2002, decidió volver a los escenarios con su repertorio de siempre, que todavía estaba en la memoria de sus seguidores, y con canciones nuevas acordes a su nueva vida. «Ya no
canto temas que se refieran a la promiscuidad o el adulterio, por ejemplo», agregó.
Nuevo documental
La cantante Yuri ha anunciado que pronto se lanzará un documental biográfico de su vida, producido por el Grupo CanZion. El objetivo del mismo es testificar de su conversión a Cristo y
para ello no se dejará de contar su trayectoria como artista y detalles polémicos de su vida.
El documental se encuentra en estos momentos en edición, casi todas las escenas han sido grabadas en Ciudad de México. La fecha de su lanzamiento al público aún está por
determinar. Esta no es la única producción cinematográfica que cuenta la vida
de Yuri, pues en los años 90 se filmó «Soy libre» que contó con una amplia participación del público
determinar. Esta no es la única producción cinematográfica que cuenta la vida de Yuri, pues en los años 90 se filmó «Soy libre» que contó con una amplia participación del público
mexicano.
La vida de Yuri ha tenido eventos polémicos. Durante su infancia y adolescencia fue su madre quien le brindó el apoyo para incursionar en el medio artístico. Sin embargo, con el pasar de
los años Yuri hizo a un lado los consejos maternos y vivió una vida desenfrenada. Pero su vida dio un giro total desde que se convirtió al Señor Jesús.
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